Tiene sólo 10 años y ya sabe que cuando vienen los carabineros debe esconderse. Ha estado detenida, ha visto cómo golpean a sus padres, tiene a casi toda su familia en la cárcel y sueña que la policía la agrede o se la lleva. Antes de que sus pesadillas se hicieran realidad, la familia Cadin Calfunao decidió enviar a su hija menor a Ginebra. Hoy está en Europa, buscando refugio y comenzando a vivir como niña.
(La Nación Domingo)
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