Al otro lado del río (Drexler)

"Todo está guardado en la memoria ...." (L.Gieco)

jueves, 20 de noviembre de 2008

Por qué defender la Patagonia? Testimonio de Gloria Hernández

Por qué defender la Patagonia?

Por el Agua, y su abundancia. Para que pueda fluir la Vida que TOD@S necesitamos. Reverdecerá un día en vida humana (humana), y en todo cuanto la sustenta. Porque estábamos durmiendo mientras se la repartían. Pero estamos despertando.

Llueve (a cántaros), mientras te escribo, intentando responderte…
Recuerdo las pinturas de Cerro Castillo. Ellas, ellos pintaban sus manos, sus tamangos, las guanacas, y las líneas y puntos que no sé descifrar… Al mirar desde esas bardas, como un hallazgo siempre, aparece un río gigantesco, el valle, y miles de cerros. Y una siente que los idiomas humanos a veces son difíciles de poner en palabras: quisiera contestarte con unas manos azules y ocres, y guanacas con cría. Presiento que hablan de lo mismo que quiero decirte.
(Tal vez no te imagines lo ruidoso y fuerte que llueve. Quisiera tomar de su furia, decisión y persistencia la claridad y fuerza, la novedad y valentía que nuestras voces necesitan)
Peleo con un querido amigo, porque me dice que él custodia la identidad (“No defiendo pajaritos”, dice, tal vez sólo por pelear conmigo). Le digo que la vida humana se hace en la vida de la tierra.
¿Alguna vez te hablé de Ñirehuao? Yo crecí donde se juntan la pampa por el Este, y el bosque por el Oeste, entre coironales y ñires. El viento y la escarcha venían desde todas las direcciones. Ahora diría que un río mezclaba esos dos mundos. Un río que en invierno cruzábamos caminando, porque se escarchaba todo; y que en primavera se llevaba el puente, y sólo los más gauchos cruzaban a nado de caballo, para trasladar un enfermo o compartir los víveres (velas, azúcar, harina y mate, por supuesto). En verano, por las faldas de los cerros, buscábamos fósiles, boleadoras y puntas de lanzas.

Por eso, nos sentimos más patagones que chilenos, hablamos agauchadito, tenemos algo de chilotes, y la memoria hermosa y dolorosa de los chonos y los tehuelches…
Quisiera que mis hijas/o no olvidaran el calafate, los digüeñes, la nalca. Me gusta que me reclamen el mate, los milcaos, el pan amasado. Y que recojamos frutillas cada año, allí, donde no puedes caminar sin pisarla, hasta que atardece, y las cantarias reclaman su territorio.
¿Megarepresas? ¿Alumysa? ¿Que hay que pagar por usar inofensivamente el agua del campo, porque fue legalmente cedida a alguien que sí nos ofende a todos/as? ¿Con qué derecho se creen dueños de la tierra y el agua? Me parece una manifestación más del gigantesco sistema que, como un monstruo nos hipnotiza, nos divide, nos anula y nos quiere tragar… mientras muchos quedan tirados por el camino.

Yo creo que la tierra y la identidad van juntas. Vamos perdiendo tierra, agua e identidad. Estábamos demasiado dormidas/os, o distraídas… pero ya despertamos. Muchas voces nos despiertan… Hay mucho que hacer… Y seguir nombrando Libertad!

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Gloria Hernández, Patagonia

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